A medida que avanza el otoño  y la temperatura baja, llegan algunas molestias típicas de ésta época: resfrío acompañado de  dolor de garganta. Sin embargo, este año, un simple resfrío puede alarmar a la población indebidamente.

Por eso, más que nunca, se busca que la población tenga hábitos más saludables y, especialmente preventivos.

Desde las compras planificadas de alimentos para evitar salir seguido de la casa, la adquisición de productos de limpieza para mantener los interiores despejados de peligros potenciales, hasta el consumo de alimentos que mantengan a raya la salud.

La miel, en este contexto, es un aliado indispensable en toda despensa.

De origen milenario, este producto 100 por ciento orgánico, sin aditivos químicos, presenta múltiples beneficios.

Una simple descripción de sus atributos, la vuelve inmediatamente un alimento esencial.

  • Eficaz contra las afecciones respiratorias: El endulzante de las abejas tiene un efecto balsámico, antiséptico y antiinflamatorio idóneo para procesos de catarros, dolor de garganta, laringitis, resfriados, etc. Con la llegada del frío es fundamental tomar una cucharada de miel diaria para fortalecer la garganta y que el organismo se prepare de manera más férrea contra las amenazas y virus externos.
  • Regula el azúcar en sangre: Parece extraño, pero así es. El secreto está en la balanza de fructosa y glucosa. Cuando se consume miel, la porción de fructosa permite que la glucosa sea captada por el hígado para formar glucógeno que pasa a estar disponible para el cerebro, el corazón, los riñones y las células rojas de la sangre. Esto mejora el funcionamiento de los órganos y tejidos esenciales, eliminando la glucosa de la circulación y reduciendo el azúcar en sangre.
  • Promueve la recuperación del sueño: El azúcar natural que contiene la miel produce una ligera secreción de insulina, lo que permite la secreción de melatonina, una hormona vital para la regulación diaria del sueño y vigilia. Por ello, es recomendable consumir leche caliente con una cucharada de miel antes de ir a dormir. La melatonina, además, regula los ritmos cardíacos, ayuda a mejorar la inmunidad y facilita la reconstrucción de los tejidos durante la noche.
  • Refuerza el sistema inmunológico. La ingesta de miel en ayunas ayuda a reforzar el sistema inmunológico del organismo. Hay estudios que apuntan a que llevar a cabo esta práctica ayuda a prevenir al organismo de las amenazas exteriores que llegan en forma de enfermedades. Es suficiente con diluir una cucharada de miel en agua y tomarla en ayunas. Asimismo, también esa misma cantidad de miel en ayunas sirve como excelente complemento para las dietas de adelgazamiento.
  • Combate el estreñimiento: La miel tiene un elevado contenido en fructooligosacáridos (FOS), que, aunque tienen una función principalmente energética, al llegar al colon se comportan de una forma similar a la fibra vegetal: captan el agua aumentando el volumen de las heces y originan gases que incrementan el peristaltismo o movilidad intestinal. Por esto ejercen un efecto laxante suave.
  • Ayuda a cicatrizar las heridas: Las propiedades curativas de la miel se ponen de manifiesto a la hora de ver cómo este producto es capaz de ayudar a la cicatrización de heridas. La miel puede ser utilizada para esterilizar heridas infectadas, acelerar la recuperación e impedir la aparición de quistes, sobre todo después de la cirugía laparoscópica.

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